Después de un par de sábados sufriendo y divirtiéndonos con
las motos por tierras segovianas, este sábado le tocaba el turno a las bicis.
De esta forma, Sergio, Richi, Rubén y yo nos levantamos tempranito y nos fuimos
a El Pardo.
La mañana, además de haber amanecido con una preciosa
niebla, estaba bastante fría, con lo que costaba un poco ponerse en marcha.
Este frío no duró mucho, puesto que la ruta que elegimos empieza con un tramo
de subida de unos dos kilómetros con una pendiente considerable, sobre todo
para gente que no estamos especialmente en forma, aunque todo sea dicho, unos
menos que otros, ejem…
El punto más alto del monte del Pardo, al que llegamos
después de la “moderada” subida, nos regaló unas bonitas vistas de Madrid, con
su día despejado y aún persistente niebla hacia el sur, y una preciosa vista de
la sierra nevada, hacia el norte.
Después de esperar unos minutos a que llegase Richi, al que
sin duda la pendiente se le hizo un poco más cuesta arriba, seguimos llaneando
unos kilómetros hasta cruzar la carretera, donde a los pocos cientos de metros
comienza un bonito descenso por una maraña de senderos estrechos, entre árboles,
en los que nos pudimos divertir de lo lindo. Eso sí, como Rubén y yo salimos
primero, en algún cruce de caminos perdimos a Sergio, que eligió otra opción y
decidió continuar por la misma un “media hora” como nos dijo una vez que
conseguimos localizarle por el móvil. En realidad no fue tanto, serían unos
quince minutos, que empleamos en divertirnos por unos de nuestro más querido y
conocido amigo con la moto…. LOS ARENALES!!. Claro, que no es lo mismo con una
bici de 11 Kg ,
que con una moto de 230 Kg ,
como podéis apreciar en el vídeo.
Después de esto, y una vez localizado más o menos donde se
encontraba Sergio, seguimos el descenso, más bonito aún con una zona de
toboganes y estrechas curvas, en las que poder soltar un poco de adrenalina,
pero vamos, nada especialmente dificultoso ni arriesgado. Una vez que
encontramos a Sergio (que finalmente estaba al lado el único chiringuito en
varios kilómetros a la redonda), decidimos continuar en dirección al embalse
por cambiar de zona. Aquí la situación divertida fue ver la curiosa forma de
parar que tiene Sergio con su bici, sin sacar las botas de los pedales. Oye,
que cada uno se baja como quiere…
Después de atravesar el pueblo en dirección al embalse,
cogimos otro bonito sendero que discurre en paralelo al cauce del río Manzanares, y
que finalmente desemboca en el embalse. En realidad en el desagüe del embalse,
puesto que este último está vallado y no autorizado el paso al mismo. De esta
forma, decidimos dar la vuelta, hasta un paso por una especie de un antiguo
puente por la que habíamos pasado antes, y que nos permitía cruzar al otro lado
del río para intentar llegar al embalse.
Y fue aquí donde tuvimos el primer
problema de la jornada. En la pequeña subida que teníamos para volver al
sendero, Rubén rompió la cadena de su bici, y no creáis que fue por descuido o
mal mantenimiento de la misma no… si total, sólo tenía 6.000 kms!!. Bueno, cuando parece que ya estábamos resignados a terminar
nuestro día de bici, y volver andando al coche, decidimos intentar arreglar la
cadena así sin herramientas adecuadas, y sin eslabones. Pero bueno, ¿y si nos
pasa en mitad de la nada?, pues ala, estoy hay que arreglarlo como sea coño.
Así fue, que tirando de un poco de imaginación, con unos alicates, un
destornillador y una piedra a modo de martillo, intentábamos sacar el bulón del
eslabón dañado, mientras de vez en cuando pasaba alguien paseando, y nos
comentaba:
-¡Vaya, habéis roto la cadena!
-Pues sí oiga, qué mala suerte.
-Pues eso se arregla con una tronchadora. ¿No tenéis una?
-Sí claro, por supuesto, pero es que a mí me divierte
hacerlo como los antiguos el fuego, con dos piedras…
Pero como el que la sigue la consigue, al final conseguimos
tronchar la cadena, ¡Urra!. Bueno, bien, ahora sólo falta volver a cerrar la
cadena, y eso es más difícil. Pero como la suerte siempre acompaña, justo
cuando nos disponíamos a ello, aparecieron nuestros salvadores, en forma de
ciclistas, y nos dejaron una minitronchadora con la que cerrar de nuevo la
cadena fue coser y cantar. Y todos salimos beneficiados, nosotros con cadena
“nueva” y ellos aprendieron a usar la herramienta!!
Pues como un niño con zapatos nuevos, Rubén se sube a su
bici y reanudamos nuestro camino, hacia el paso para cruzar el río. Este paso
es una zona de cemento, con unos escalones bastante altos… que fueron el terror
de Richi. Es lo que tiene el no verlos a tiempo y bajar… pues eso, con los pies
por delante. También Sergio, aunque antes del escalón, decidió hacer una de
esas paradas “de la casa”. ¡Vaya día de hostias!
Una vez todos en pie, seguimos desde la otra orilla hasta el embalse, pero de nuevo nos encontramos con el acceso al embalse cerrado, así que, después de unos vídeos haciendo un poco el moñas, nos dimos la vuelta y volvimos a coger una subida considerable hacia el este del embalse, donde Richi, ya cansado, decidió quedarse a esperarnos.
Cuando llevábamos más de media subida Rubén y yo nos percatamos de que Sergio no venía. Esperamos un rato mientras comíamos algo energético, pero viendo que no llegaba, decidimos seguir subiendo para finalizar nuestra ruta con un bonito y rápido descenso. Una vez que llegamos abajo de nuevo, fue cuando vimos que Sergio había pinchado una rueda. Rápidamente vimos un bar con una terracita que nos pareció el sitio perfecto para reparar el pinchazo mientras nos bebíamos unas merecidas rubias.
Finalmente, y como fin de fiesta, nos fuimos a comer a un restaurante unos platos ligeritos, es decir perdiz, venado en salsa de frambuesa, jabalí en salsa de manzana, etc. Y es que ya sabéis, ¡¡nos gusta guardar la línea!!.
Bueno, realmente este no fue el final, y es que ¡¡todavía hubo un accidente más!!. Ya de vuelta al coche, y con los ánimos exaltados, me pegué un espaldarazo haciendo un caballito que va a pasar a los anales... eso sí, todo mientras les proponía a mis compañeros del día que si nos tomábamos una copaaaaaaaaaaaaaa!!!
la próxima vez me avisáis y mientras vosotros hacéis MTB yo hago un poco de Trail Running...eso si la comida y las copas con vosotros je je.....como os gusta las dos ruedas eh! eh! je je Saludos......
ResponderEliminarCuando quieras, seguro que llegas antes que nosotros!!!
ResponderEliminarMuy bueno!!!. Me he reido un rato leyendo el post y recordando nuestras pequeñas andanzas ciclistas. Se me vienen a la cabeza las imágenes y no puedo sino reirme a carcajadas :)
ResponderEliminarJajaja, la verdad es que fue muy divertida!
ResponderEliminarBueno, yo con los pedales quise hacer una buen homenaje a "Los Toneti" ;)
ResponderEliminarSólo nos falta ver caer a Rubén. ¡Qué soso es el tío!
ResponderEliminar¿Verdad que si?. No te preocupes que no tardaré en darme una buena :)
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