sábado, 6 de abril de 2013

Etapa 2 Maroc Challenge 2013. De Midelt a Erfoud (323 kms).

Crónica de la segunda etapa desde Midelt a Erfoud de los equipos de la aventura es la aventura en la Maroc Challenge Spring Edition 2013.
 
Después de una noche muy fría, volvimos a madrugar para desmontar la tienda e ir al briefing. La tienda estaba congelada de la humedad y las bajas temperaturas, pero eso no impidió el que estuviésemos listos para afrontar la segunda etapa del raid. La etapa de hoy transcurría por pistas en principio no muy complicadas en cuanto a trampas, pero teníamos un problema que podía afectar mucho a los coches de poca potencia como los nuestros. El reto en este caso iba a ser las pronunciadas pendientes y la altura, puesto que teníamos que atravesar el atlas y llegar a los 2130 metros de altitud. Afrontar estas pendientes en tierra, con piedra suelta, a esa altura y con 40 caballos de potencia tiene su aquel, pero no nos íbamos a rendir tan fácilmente.


Una vez desayunados y listos comenzamos con los primeros kilómetros por carretera subiendo por un bonito puerto.


Tras aproximadamente 40 kms de carretera, cogemos una pista que sale a la izquierda y comenzamos. Diana se pone al volante por primera vez en pista con el coche blanco y lo primero dejamos pasar a los vehículos que tenemos detrás, puesto que son más rápidos y el camino es muy polvoriento. El tramo es bastante divertido y no excesivamente duro para el coche en principio, aunque en algunas zonas de bajada tenemos que dar gas al final de la misma para encarar la subida por nuestra escasa potencia y en algunas casos golpeamos el cubrecárter, pero... ¿para eso está no?. Parece que está resistiendo los envites sin problemas (ya veremos cuando nos agachemos). En este tramos, las subidas, bajadas, curvas y pasos por poblaciones iban a ser una constante. Esto en parte nos beneficiaba, porque hacía que la velocidad media del tramo fuese baja, lo que nos acercaba al resto de vehículos, y con suerte, a poder cumplir con la hora de llegada sin penalizar.

¡Un espectáculo para los sentidos!
Según continuamos ascendiendo, se iba notando que la potencia del coche iba disminuyendo. Las pendientes, si las cogíamos con inercia, podíamos hacerlas en tercera si eran cortas, si no, en segunda y en algunos casos no nos quedaba otra que recurrir a la primera. Debíamos estar muy atentos a la temperatura del coche, puesto que la velocidad era baja y esas subidas en primera nos mantenía el motor muy revolucionado. Aún así el tramo estaba resultando muy divertido, y el paisaje, para quien no haya estado en Marruecos, es sencillamente... espectacular, desolador. Otra cosa que debíamos evitar a toda costa, y que no siempre conseguimos, era parar en plena pendiente. Con el peso que llevábamos, la altura, y la poca potencia, salir desde parado en pendiente era poco más o menos que imposible, o si lo hacíamos, era a base de castigar muchísimo el embrague. Siempre que fuese posible, era mejor dejar caer el coche marcha atrás y volver a coger carrerilla, ¡qué divertido!, estos son los coches que enseñan a conducir y no los modernos y potentes. ¡Anticipación es el secreto!.

¿Qué es pegatina y qué es polvo?
Lo cierto es que no éramos los únicos con esos problemas. Hubo varios pandas con problemas de temperatura según nos contaron luego. También los Suzuki Santana lo pasaban bastante mal subiendo por su escasa potencia. Un Range Rover con problemas de culata bebía más agua que gasoil, y así un largo etc. Todo esto hasta que en una subida bastante pronunciada, ya cerca de los dos mil metros de altitud, nos encontramos a un Marbella en la cuneta con el capó abierto. Paramos a preguntar si necesitaban algo, y ahí estaban Mario y Ángela, con una cara entre resignación y cierta desesperación, los cuales sin mucha esperanza nos dicen que si sabemos cambiar un carburador. ¡Pues claro, para eso hemos estado meses preparando nuestros coches!. Después hemos sabido que lo dijeron por decir, no tenían la más remota esperanza de que pudiéramos ayudarlos. Pero así son las cosas, o el destino, o como cada uno lo quiera ver. El caso es que subimos nuestros coches hasta el final de la pendiente, no sin esfuerzo, para dejarlos aparcados, y bajamos a ayudarlos. Mario ya tenía medio desmontado el carburador, intentando recordar dónde iba cada conducto para montar el de repuesto. Rápidamente nos organizamos y nos pusimos manos a la obra, y a dar órdenes muy profesionales:

- ¡Ángela, traenos toallitas!
- ¡Mario, la 13 plana!
- Diana, ¡hazme un cigarro!
- Richi, ¡saca unas birras!

1 km antes ya se mascaba la tragedia...
¡Marbellas al rescate!
Ahora sí, con todo lo necesario para una reparación mecánica en condiciones, en poco rato teníamos montado el carburador de repuesto, pero como ya habíamos sospechado en algún momento, aunque sin estar seguros, el coche seguía sin arrancar una vez todo montado. Desconectamos el manguito de entrada de gasolina al carburador para ver si le llegaba gasolina, y ahí estaba el problema. Nos decidimos entonces a cambiar la bomba de gasolina, operación bastante sencilla puesto que son sólo dos tuercas, pero en un sitio algo complicado. Lo que no sabía Mario, es que había dado con el mecánico torpe del día, y con las manos grasientas dejó caer una tuerca y dos vasos de tubo, que se tragó el cubrecárter como si de un agujero negro se tratase. Menos mal que llevaban de todo de repuesto...
Finalmente, por fin pudimos cambiar la bomba y el coche arrancó sin problemas para alegría de todos los presentes, incluido vehículo de la organización que se paró a grabar la escena.

Con la satisfacción que nos da a algunos equipos poder solucionar los problemas que nos vamos encontrando, sean propios o ajenos, seguimos adelante. Parece que ya estábamos en la parte más alta del tramo, con lo que la buena noticia es que a partir de ahora comenzaría el descenso, como así fue. Bajando fue todo mucho mejor, aunque no había que emocionarse mucho puesto que las curvas eran muy cerradas, los barrancos considerables, y el peso del coche cargado con todo unido a su escasa frenada aconsejaban tomar ciertas precauciones. Aún así fue bastante divertida. Esta vez, el Marbella rojo se había puesto delante con Sergio al volante y bajaban a una velocidad bastante buena para el coche que es. Nosotros seguíamos su ritmo sin rechistar hasta que de repente vimos que paraban a la derecha. En un principio pensamos que algo del coche iba mal... pero resultó que no, bueno sí, algo iba mal, pero no lo que podíamos pensar. Se comieron un bache a bastante velocidad y del golpe... ¡reventaron una de las cajas llenas de cuadernos que debíamos entregar y los tenían esparcidos por toda la parte delantera!. Estos chicos...

Una vez recolocados los cuadernos y encintada la caja, seguimos el bonito descenso por la otra cara del Atlas, en dirección Errachicia. Pasamos por unos cuantos pequeños poblados, en los que teníamos la velocidad limitada a 20 km/h. Como muchos sabréis, los poblados en Marruecos están llenos de niños, y hay que tener especial cuidado porque algunos se “tiran” literalmente delante de los vehículos.
Después de bastantes kilómetros de bajada, nos encontramos con el gran problema del día. Nos han dado mal el track del día para el gps, y se corta justo en un pequeño río que tenemos que vadear. Pasamos el río sin problemas y decidimos seguir de frente la pista, dirección sur, en busca de los waypoints restantes. Dentro de la pista, no tuvimos problemas para encontrar dichos waypoints, pero al salir de ella llegamos a un cruce en carretera, que sería el enlace final hasta el camping Karla, cerca de Erfoud. Desde dicho cruce, se podía llegar de dos formas a Erfoud, por el Este, o por el Oeste pasando por Errachidia. Nosotros elegimos la segunda opción, y del cincuenta por ciento de posibilidades que teníamos de acertar... ¡nos equivocamos, ja, ja, ja!. Este hecho nos supuso las dos penalizaciones del día, una por no cumplir con la hora máxima de llegada y otra por no seguir el track. Aunque consideramos que no era culpa nuestra, pues el track estaba cortado, no quisimos reclamar nada puesto que la puntuación no era importante para nosotros. De hecho, al ver que ya no íbamos a llegar en horario, nos paramos a comer tranquilamente ¡sacando nuestro querido jamón, lomo, queso y unas cervezas!.


Cuidando la línea para la operación bikini.

El camino de regreso pasando por Errachidia, aunque equivocado, fue una maravilla, siendo testigos de unos desfiladeros espectaculares, y parando a tomar unas fotos en el mirador al palmeral que hay desde esta ciudad a Erfoud.


Finalmente llegamos por nuestra ruta alternativa al camping Karla, donde nos dispusimos a montar las tiendas. A los diez minutos aproximadamente, vimos llegar al Marbella de Mario y Ángela, lo que nos alegró mucho al ver que el cambio de bomba y carburador había dado resultado. Llegaban acompañados a su vez de Xavi y su padre, en un Renault 4 furgoneta amarillo. A partir de ese momento, nuestra aventura empezó a crecer en número de miembros como iréis viendo más adelante.

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