martes, 9 de abril de 2013

Etapa 5 Maroc Challenge 2013. Ruta circular de Merzouga a Merzouga (268 kms).

Crónica de la quinta etapa de Merzouga a Merzouga, de los equipos de la aventura es la aventura en la Maroc Challenge Spring Edition 2013.

La quinta etapa iba a ser a priori la más dura del Raid, así que como en la anterior nos funcionó bastante bien la estrategia de la unión hace la fuerza, nos juntamos cuatro Seat Marbella para realizar juntos la etapa y ayudarnos en los momentos más difíciles. Son muchas manos para empujar, muchas palas y muchas planchas. De esta forma comenzamos como siempre con el briefing de la mañana. Dada la extrema dureza de la etapa anterior para los vehículos 4x2, parece que la organización se apiadó un poco de nosotros y nos informaron de que habían colocado vehículos de la organización en los puntos más complicados para remolcar a las vehículos 4x2 sin sufrir penalización. Conociendo su criterio sobre las dificultades, no sabíamos si esto era bueno... o terrible. Pero en fin, también nos informaron de que habían modificado el track original pues había dos zonas de Fes-Fes, que fueron el día anterior a reconocerlas, y estaba totalmente impracticable para los 4x4. Supongo que a nosotros directamente nos tragaría para siempre jamás.


El primer tramo de enlace lo realizamos como siempre por carretera, parando los cuatro Marbellas a repostar en la carretera de Merzouga a Rissani. El tramo por carretera lo hicimos bastante rápido y sin problemas. Vigilar la temperatura de los coches, que el día estaba muy caluroso y poco más. Una vez pasada la población de Rissani cogemos la N12 en dirección oeste y pasados unos veinte o treinta kilómetros cogemos una pista a la izquierda. ¡Pues parece que empieza el día duro!. Pues sí y no. A poco más de tres kilómetros de comenzar la pista y al poco de pasar una pequeña población, un Mitsubishi Montero nos adelanta (el Marbella blanco iba el primero siguiendo el track) muy rápido por la derecha, a escaso medio metro de nuestro coche por una zona de grandes piedras negras y abre gas delante de nosotros, con los doscientos y pico caballos que tiene el bicho. El resultado lo podéis imaginar, escuchamos multitud de piedras golpeando el coche hasta que la luna estalla. El cabreo que tenemos es monumental, pitamos insistentemente para que parasen, pero resultó en vano. Nos bajamos del coche dando un portazo y no nos pudimos creer lo sucedido. Sabemos que estas cosas pueden suceder, sobre todo fuera de carretera. Pero no fue el caso. El adelantamiento en esas condiciones fue a todas luces muy agresivo, y el resultado del mismo era completamente previsible, y como tal, evitable. Nos quedamos los cuatro coches parados analizando la situación. Teníamos claro dos cosas en la que todos estábamos de acuerdo: que nuestro coche no podía continuar sin luna con la etapa del día y que pondríamos una reclamación a la organización del raid por comportamiento antideportivo.

¡Empezamos con el apaño!
Mientras quitábamos los restos de la luna y la goma, fueron muchos los participantes que pararon a interesarse por nosotros, y uno de ellos nos ofreció un rollo de plástico film, de envolver los bocadillos, para usarlo de luna improvisada. Es difícil de creer lo que puede aguantar dicho plástico reforzado con cinta americana. Con el invento colocado, decidimos que uno de los Marbellas que se nos había unido ese día continuase el tramo. Les dejamos nuestras planchas puesto que no las íbamos a necesitar y continuaron. Los otros tres vehículos esperamos a que pasasen todos los participantes, para no encontrarlos de frente, y nos dimos la vuelta para volver a Rissani a ver si podían poner una luna.

¡Apaño finalizado!
A velocidad de caracol conseguimos llegar a Rissani con el plástico aún entero. En la misma entrada del pueblo había un taller donde paramos a preguntar, pero la cosa estaba complicada. Después de varias gestiones por teléfono, nos dicen que imposible, que conseguir una luna para un Seat Marbella es imposible, como no vayamos a ciudades grandes como Casablanca. Como eramos tres coches, decidimos quedarnos allí dos, y el Marbella rojo fue a probar suerte a Erfoud, que es más grande que Rissani y tiene bastantes talleres. Mientras ellos fueron a Erfoud, los que nos quedamos no tuvimos más remedio que darle al chorizo, salchichón, jamón, etc. Y es que el disgusto era muy grande para pasarlo con el estómago vacío.

Pasados unos tres cuartos de hora aproximadamente, recibimos la llamada de Richi diciéndonos que vayamos para allá, que no hay forma de conseguir una luna de cristal laminado, pero que nos ponen una de metacrilato. No es que nos gustase mucho la idea, ya nos habían advertido unos chicos de la organización que tratásemos de evitarla, que se pega el polvo, etc. Aparte de que luego hay que poner una original al llegar a España. El caso es que no teníamos alternativa, así que fuimos para Erfoud a ver qué ocurría. Cuando llegamos allí, Richi y Sergio estaban con un chaval marroquí, llamado Abdul, que vivía en Algeciras y hablaba perfecto castellano. Nos presentaron y quedamos a la espera de que viniese su contacto, que era el encargado de suministrarnos la luna. Cuando llegó este hombre, nos propuso hacerla en cristal. ¡Debía estar loco si pensaba que íbamos a aceptar poner una luna de cristal no laminado en el coche!. Finalmente, optamos por la versión de metacritalo de mayor espesor que tenía disponible y negociamos el precio. Cuarenta euros por la pieza más el corte a medida de la misma. No nos pareció excesivamente caro, la verdad, y lo pagamos.



¡Ahora teníamos aire acondicionado!
Ahora quedaba la segunda parte, que era el montaje de la misma, y había que buscar un taller. Mientras el cristalero terminada de cortar y adaptar la luna, Richi se fue con Abdul al taller para ir comentándole el tema. Debido al mal día que tuvimos, cometimos el error que nunca se debe cometer en Marruecos de ir al taller y decirles que nos montasen la luna sin antes negociar el precio, con lo que nos tocó discutir después por el abuso que nos quería cobrar, y que, aunque algo rebajado, finalmente nos cobró. Pero bueno, el caso es que teníamos la luna montada, aunque con una ñapa con bridas en la esquina inferior izquierda, puesto que la goma en esa zona se rompió cuando sacamos la luna rota.



Como ya era tarde y Sergio y Richi no habían comido, decidimos aparcar los coches e ir a tomar algo mientras ellos comían. Después de esto hicimos algunas compras y vimos la tienda de la familia de Abdul, aunque no vimos nada de nuestro interés, y decidimos volver al Nomad Palace a entregar nuestros GPS y poner la reclamación pertinente. Cuando llegamos a Rissani de nuevo, camino de Merzouga, nos encontramos la furgoneta de Xavi al lado de una gasolinera de la forma que la solíamos ver más a menudo... ¡con el capó levantado!

Lo de Xavi y su padre es una historia de perseverancia. De nuevo habían roto la furgoneta, aunque esta vez era de bastante gravedad. Habían roto la bomba de gasolina, que les dejamos una por si les valía, pero además habían roto tres, si, no habéis leído mal, TRES transmisiones. Según nos contaron, no vieron un Oued y cayeron de morro hacia el mismo a toda velocidad. Como resultado, el chasis de la indestructible Renault 4 se había rajado, haciendo que partiera las transmisiones al haberse abierto el eje. Estuvimos un rato con ellos, pero no queríamos molestar más puesto que no podíamos ayudarles en nada, y continuamos nuestro camino.

Cuando llegamos al Nomad Palace, entregamos nuestros GPS para que nos pusiesen las correspondientes penalizaciones por no realizar la etapa, y hablamos con Rui para informarle de la reclamación que queríamos poner. Como ya estaba al tanto de lo sucedido no nos puso ningún problema y nos indicó el procedimiento para poner la misma. Procedimos a poner nuestra reclamación, y ya quedaría en manos de la organización. Rui nos comunicó que habían estado buscándonos para pedirnos disculpas, pero ya se habían marchado y nosotros también teníamos que irnos a nuestro Riad en breve. Pero bueno, ¡al día siguiente sería otro día!.

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